¡elige bien!
Servicio de restaurante de un centro de eventos
Es una lástima que restaurantes como Lomo House de San Esteban con una hermosa casona chilena de amplios jardines, con mesas al aire libre y áreas verdes te obliguen a sentarse en un gigantesco, algo deprimente y encerrado salón para eventos. Nada de vista, ni ventilación cruzada ni decoración memorable.
Su propuesta de menú es coherente con su frío ambiente, enfocada en cantidad y no en calidad y desilusionando a los comensales con platos, acompañamientos y postres estandarizados y sin gracias. Lo que empeora aún más con una estrategia de precios agresiva y castigadora, es caro para lo que es.
Se dicen expertos en papas fritas caseras, pero su resultado es una fritura apurada y sin cariño con un resultado lacio y algo aceitoso.
El plato insignia El lomo House, no es más que un bruto trozo de lomo vetado, muy vetado, cubierto de un queso barato, con julianas de pimientos pasados por la plancha sin aliño y láminas de tocino de bajo sabor. Eso sí, estaba al punto pedido.
La Plateada, ese plato insignia de restaurantes de campo, era un gran trozo de carne, apurada a tal punto en el horno que se quemó bastante por fuera, quedando seca y firme. Un resultado alejado de esas plateadas jugosas, con caldo, que se desarman con el tenedor y con su sabor concentrado de las largas horas de cocción lenta.
La Reineta fue un acierto dentro de todo, no era fresca, pero estaba bien tratada, cocinada en su punto y correcta.
El servicio fue atento, diligente y bien entrenado en la venta (para tener ojo). La carta de vino es desconcertante y con valores exuberantes (no pedimos vinos).
Bajo toda mirada parece centro de eventos funcional que actúa con restaurante sólo para generar ingresos adicionales. Hay opciones mejores en la zona y puede que este lugar sea sólo una alternativa para grupos familiares grandes y celebraciones.
TXT: Alejandro Mery L. / Febrero 2022