Vino Altair de Viña San pedro

El Origen Binacional: 2001

Nacido como un proyecto joint venture de alta gama, su historia es un testimonio de la búsqueda de la excelencia, culminando hoy como la joya más preciada de Viña San Pedro.

La concepción de Altaïr se remonta al año 2001, un momento crucial marcado por una estratégica alianza binacional. Se conjugaron la visión y experiencia de:

1. Viña San Pedro (Chile): Una centenaria y respetada bodega chilena, que aportó el conocimiento íntimo del suelo y la vasta infraestructura local.

2. Château Dassault (Francia): Un prestigioso Grand Cru Classé de Saint-Émilion, Burdeos, cuya participación inyectó la filosofía de la élite enológica francesa: rigor, precisión y un enfoque intransigente en la calidad.

El objetivo fue claro: crear un vino Ultra Premium que aplicara los estándares de un Grand Cru europeo al terroir único del Valle del Cachapoal Andes. La ubicación elegida, en las laderas del piedemonte andino, ofrecía suelos aluviales y volcánicos, ideales para una maduración lenta y una mineralidad distintiva. El nombre, Altaïr, la estrella más brillante de la constelación del Águila, selló esta aspiración a la cumbre.

El Carácter del Alto Cachapoal

El verdadero protagonista de Altaïr es el Valle del Cachapoal Andes. En esta zona, el principal componente del ensamblaje, el Cabernet Sauvignon, alcanza su máxima expresión bajo la influencia de la Cordillera. Los bruscos contrastes térmicos entre el día y la noche, moderados por la altitud y los vientos andinos, permiten una lenta y perfecta maduración polifenólica, resultando en vinos de estructura monumental, taninos elegantes y una frescura natural que desafía la latitud. El primer fruto de este esfuerzo, la cosecha 2002, se convirtió rápidamente en un referente internacional.

El Legado Bajo el Ala de San Pedro

Con el tiempo, Viña San Pedro asumió la propiedad total del proyecto, integrando a Altaïr como el pilar de su portafolio de vinos de alta gama. Esta relación no es solo administrativa, sino que consolida la visión de San Pedro de dominar el segmento Ultra Premium chileno.

Hoy, la bodega Altaïr, con su arquitectura vanguardista, opera como el cuartel general de la división "Grandes Vinos de San Pedro". Altaïr es, sin duda, el vino ícono absoluto de la viña, simbolizando el éxito de un ambicioso sueño: demostrar que el terroir chileno, bajo la guía de la disciplina francesa, podía producir vinos capaces de competir codo a codo con los grandes del mundo. Es una historia de ambición, lugar y legado.