Comida peruana con acierto en calidad y cantidad
Ayar Uchu está en un amplio local en el sector de Príncipe de Gales que ha recibido mejoras desde su inauguración del 2014. Se presenta con iluminados salones con decoración peruana y mesas de mantel largo distribuidas en sus tres ambientes: su salón principal en el primer piso contiguo a la barra, una amplia terraza techada en segundo nivel con visual del entorno y un gran salón al fondo ideal para eventos y con mesas adicionales para esos días concurridos. Áreas de espera espaciosas se agradecen los fines de semana.
Cuentan con una gruesa carta de amplio repertorio con clásico de la cocina peruana, que van desde recetas muy tradicionales como el Lomo Saltado hasta preparaciones con autoría como su notable Atún blue cheese. Hay para todos los gusto, bolsillos, familias y apetitos.
Piqueos, ceviches, causas, fondos varios y postres se vanaglorian de calidad en sus ingredientes y en abundancia como para compartirlos.
Una cocina peruana centrada en lo tradicional que te deja contento.
Tienen una buena oferta de coctelería que va de clásico como los Pisco sour peruanos o el Capitán, hasta mezclas de autoría interesantes y bien montadas.
En cuanto a vinos, es una carta de corte comercial bien variada y ajustada a lo tradicional.
El buen servicio se hace notar, con garzones atentos e instruidos, con un claro dominio de la carta y dispuesto a atender con eficiencia a los comensales.
Ayar Uchu es un buen restaurante peruano de amplio formato con una buena relación precio calidad que se ha convertido en un favorito del barrio.
TXT: Alejandro Mery L. / enero 2024
Un pisco sour clásico, no muy dulce, pero bien poderoso.
TXT y FOTO: Coni Larrondo ©2024-01
Una refrescante cerveza cusqueña dorada, especial para ceviches, pollos y otros.
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Fresca y con un dulzor no extremo, esta chicha morada es como estar en Perú.
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Pisco Quebranta, vermouth rosso, bitter, marrasquino y aceites de naranja para un cóctel clásico del Peru. Muy bien armado.
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Un plato de contundencia en dos tiempos, por un lado, un ceviche mixto carnoso, tierno y fresco, hasta con coritos naturales, y por otro lado, un mix de buenos y gordos camarones en panko con yucas frita. Al centro una salsa de leche tigre al cilantro que si que aporta. Un destacado entrante para compartir ente 2 o más.
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Muchas láminas de fresca reineta escondidas en tres colores de logradas salsas acevichadas, una de ají amarillo, otra verde de cilantro y una tercera naranja de rocoto suave con camote. Trilogía completada con tres de us golosos camarones panko, una flor de palta central y lineas de cancha y choclo para separar. Que buen plato de pescado para compartir.
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En generoso formato y presentación, cada una de las causas tiene identidad y personalidad. La de pulpo a la parrilla es enjundiosa y de carne blanda, con ese gran sabor anticuchero, otra causa es de suave y tierna carne de jaiba en pasta con salsa cítrica cremosa, y la tercera, una causa desbordante de grandes camarones ecuatorianos de calidad bañados con una salsa cremosa y reconfortante. De las buenas causas que hemos probado.
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Todo el sabor que uno espera de este popular y clásico plato peruano de restorán (comparable con nuestro bistec a lo pobre). Aqui, de receta tradicional, sin autoría, logrado en cada una de sus partes y en generosa porción.
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Buenazos trozos de sabroso atún a la plancha en cocción para todo gusto, con grandes tentáculos laminados de pulpo a la parrilla de sabrosura anticuchera, que a demás lleva de esos adictivos camarones al panko, y lo mejor, todo eso sobre tres riquísimos quenelles de un sublime puré rústico de papa con verduras y carne de jaiba (tan rico, que podrían se un plato por si solos). Luego, para rematar, el plato está salpicado de salsa 4 quesos (azul y parmesano al menos) y montado sobre un espejo de salsa agria de verduras tipo romesco. Pantagruélico plato de autoría peruana que hay que pedir, para compartir si quieren sobrevivir.
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Un aliado de Mazamorra de maíz morado y Arroz con leche, servido tibio en copa de helado. Un antiguo postre peruano de bajo dulzor, muy reconfortante, cremoso y funcional. Como un postre de la abuelita (ojo, no está en carta, pero se puede pedir).
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