La motivación inicial fue hacia el año 1992: producir alimentos especialmente sanos y novedosos, que representaran una contribución tanto a la salud de las personas como al cuidado del medio ambiente; por esta razón, estos son no transgénicos y naturales, es decir, en su producción y cultivo de las materias primas, no hay químicos tales como saborizantes artificiales, colorantes, preservantes, pesticidas ni fertilizantes.
Desde el punto de vista de la salud, aparte de su carácter natural, representan importantes fuentes de proteínas, calcio, lecitina y cultivos lácticos, sin colesterol ni grasas perjudiciales y bajos en calorías.
Primero fue el tofu, después la mayonesa de soya y recientemente, el yogurt; su aparición en escena fue también motivada por las aficiones culinarias de su productor, quién fue descubriendo una serie de aplicaciones para cada uno de ellos. En nuestras páginas encontrarás algunas recetas que se irán actualizando y que son el resultado de muchos años de practicar este placentero arte.
Finalmente, un hecho histórico fue también relevante; el tofu fue inventado por monjes budistas, quienes lo llevaron consigo junto a su religión desde China hacia el resto de los países asiáticos. Existe un nexo muy importante entre la alimentación y la vida espiritual, y es un hecho que las personas con el tiempo desarrollan una sensibilidad muy especial que les permite apreciar la calidad y el efecto en su cuerpo de todo lo que ingieren, entre otras cosas, la comida.