¡elige bien!
Comida peruana tradicional suave en formato elegante
Esta sucursal de Hijo del Sol en Vitacura, ubicada a pasos del Paseo Mañío, continúa el legado de la Barra del Inca. La propiedad incluye un par de terrazas espaciosas y diversos, pero intrincados salones distribuidos entre el primer y segundo piso, todos decorados con un estilo sobrio y cuidado.
La terraza principal, con un vistoso bar de respaldo y una vista directa a la calle, es sin duda el espacio más atractivo del restaurante. Sin embargo, para quienes buscan mayor tranquilidad, la terraza interior y el salón del segundo piso ofrecen una alternativa más resguardada.
En la degustación ofrecida a la prensa gastronómica, destacan los montajes bien trabajados, el uso de ingredientes de calidad y una sazón peruana adaptada al paladar chileno que prefiere sabores suaves y picantes apenas perceptibles. Aunque las porciones son generosas, los precios elevados pueden ser difíciles de justificar para muchos comensales.
Del bar probamos el pisco sour peruano, correctamente preparado y sabroso, como para tenerle respeto; además de una elegante y ligera limonada. La carta de vinos, en cambio, se enfoca en etiquetas comerciales de cuerpo robusto, vinos que no logran acompañar bien a los platos de la cocina peruana.
La atención es correcta y sigue el estilo clásico de los restaurantes peruanos.
En resumen, Hijo del Sol es una opción agradable para quienes buscan comida peruana con presentaciones cuidadas y sabores adaptados al gusto local. No obstante, como en muchos otros restaurantes peruanos, su política de precios puede ser motivo de reticencia para algunos.
TXT: Alejandro Mery L. / julio 2024
Impecables, geniales para compartir al comienzo y para acompañar tertulias. Se hacen pocas.
TXT: Alejandro Mery L. y FOTO: Coni Larrondo ©2024-07
Sabrosa y cremosa, como una croqueta grande a la que queda como anillo al dedo la ensalada criollita de cebolla alimonada.
TXT: Alejandro Mery L. y FOTO: Coni Larrondo ©2024-07
Sabrosa causa de acotada porción, pero con buenos camarones y jaiba en su salsa.
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Pulcro y de buenos trozos de pescado fresco. Un ceviche regalón y proteico, pero sin picor.
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Tradicional en sus sabores y con cuidada presentación que le da protagonismo los buenos ingredientes.
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En formato de restaurante, en un evocador ají de gallina bien tradicional con un arroz peruano de libro. Bien bueno.
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Un esperado arroz salteado peruano con buena cantidad de camarones, calamares y pulpo suave con salsa de mariscos.
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Dorados trozos de carne a punto con cebolla y tomate salteados en los sabores tradicionales del lomo saltado en versión soft, acompañados con una pocas papas fritas, arroz y berros.
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Poderoso y de final reconfortante, es un congrio con mariscos en buen punto de cocción y bañados en una lograda salsa de bajo picor. Las papas cajamarquinas con un acompañamiento cobrado a parte.
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Limpio y lúdico, así nos presentan los tentáculos de un pulpo entero, de adecuada firmeza y reales sabores a parrilla que enaltecen su carne que se acompaña con camote, yuca frita, salsa criolla y zapallo italiano. Un lujo, vale su peso en oro.
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